HUAYLLA BELEN: UN PARAÍSO ENTRE LOS ANDES
El valle de Huaylla Belén se encuentra ubicado en el norte de Perú en la provincia de Amazonas. La ciudad más cercana es Luya a unos 37 km pero debido a la falta de una carretera asfaltada, la duración desde la misma es de tres horas interminables de subir y bajar por un camino rodeado de vegetación. El recorrido hasta llegar al valle es impresionante, un trayecto por los andes donde se aprecia una gran diversidad de ecosistemas que hacen que no puedas despegar la mirada de los paisajes que vas atravesando. La entrada al valle es conocida como la punta de Tillo y desde este punto puede verse la hondonada en su plenitud.
Así de pronto, en mitad de las montañas y toda la exuberante vegetación, aparece Huaylla Belén, un valle de aproximadamente 700 hectáreas donde sólo hay un césped verde atravesado por un río de meandros imposibles. Es como la imagen del paraíso, encerrado entre montañas completamente aislado, un valle inmaculado te recibe como si fueras la primera persona que lo pisa. La hierba parece recién cortada y acaricia tus pies mientras caminas por ella embelesado en su verdor. Vacas y caballos pacen libres por el valle sin prestarte la menor atención.
El río Huaylla riega el valle de sur a norte creando curvas muy pronunciadas dentro de la horizontalidad del paisaje. Visto desde arriba es como si una serpiente plateada atravesara el valle tal vez custodiándolo de los que quieran estropearlo. La gente del lugar nos ha contado que el río contiene truchas y es una fuente de comida para las comunidades cercanas.
Parece que todo esta en su lugar aquí, como si la única preocupación fuese seguir el curso de la naturaleza. Despacio y tranquilo, sin que ningún acto en concreto importe demasiado porque pertenecen a algo más grande. El sonido del río quebrando la tierra, derrapando valle abajo. El crecer de la hierba y el andar despreocupado de las vacas. Todo es importante para Huaylla Belen y al mismo tiempo nada en sí mismo importa.
En el valle vive una familia dedicada a la ganadería que acostumbrada a la visita esporádica de mochileros han adaptado una de las habitaciones para alojar a visitantes. Así cuando bajas en Huaylla Belén en un extremo del valle te recibe esta familia que te ofrece una habitación y buena conversación en las silenciosas noches estrelladas.